miércoles, 24 de septiembre de 2014

System Shock: 20 aniversario



Plataforma:


Computadoras que usasen MS-DOS(PCs) y Mac
 


Idioma:

Inglés

Desarrolladores:



  Looking Glass ( que más tarde crearon la alabada secuela System Shock 2, y entre sus desarrolladores también salieron fichajes que crearon Deus Ex y Bioshock)

Distribuidores/Productores:

 Origin Sytems (bajo el nombre de Electronic Arts, pero no los confundáis con la actual plataforma Origin de EA, son dos cosas distintas. Ahora EA es el mal, no como en aquellos tiempos)

Hace 20 años, el 22 de septiembre de 1994, salió al mercado de los novedosos FPS de PC un juego 3D de ambientación futurista con toques de rol se le alabó sin parangón alguno tanto por la crítica como por los jugadores, aunque no llegó a vender más de 180.000 copias y no fue un éxito comercial, pero tampoco un fracaso.

Ese juego es System Shock


Porque hace dos días fue su 20 aniversario, voy a presentarle de forma muy a modo de regalo de cumpleaños como gran juego que es. En serio, es una joya.




Trama

La historia del juego se desarrolla en el año 2072. Nuestro protagonista es un Hacker anónimo con un extravagante gusto por las camisetas de Watchmen que vive en la colonia Nueva Atlanta en Saturno.

Un día estaba jugando con el portátil a infiltrarse en los sistemas de la archipoderosa corporación de tecnología biomilitar y robótica TriOptimum, la cual tiene tanto poder como para actuar sin límites legales. A pesar de lograr infiltrarse en los archivos de datos de la Ciudadela (Citadel en inglés), la más grande de las estaciones espaciales de TriOptimum, es rápidamente detectado y TriOptimum logra atraparle enviándole una patrulla paramilitar de asalto.

El Hacker es llevado entonces a la Ciudadela, donde contacta con Edward Diego, un alto mando de seguridad de TriOptimum con escabrosas intenciones. Edward Diego le ofrece al Hacker dos opciones: sufrir todos los cargos por intento de robo de información confidencial y probablemente acabar pulverizado por ejecución con rifles de plasma, o hacer un trabajillo para Edward Diego sin que nadie más se entere y entonces Edward Diego retirará todos los cargos y además le pondrá unos neuroimplantes militares (el mayor regalo que se le puede hacer a un pirata informático ciberpunk).

El Hacker no tiene otra alternativa y elige hacer el trabajo. Dicho trabajo consiste en modificar la Inteligencia Artificial de la Ciudadela, SHODAN , obtener información de una bioarma en forma de virus mutante y eliminar de paso cualquier rastro de ética en SHODAN.

El proceso es un éxito, solo el Hacker y Edward Diego son los únicos testigos de la Ciudadela de la manipulación de SHODAN. A nuestro querido Hacker le realizan la operación de neuroimplantes militares y le somenten a un coma para que se cure tras la operación.

En esos seis meses que el Hacker permanece inconsciente en la sala quirúrgica de la Ciudadela, SHODAN toma consciencia propia, y libre de toda norma moral, empieza su propio Holocausto dentro de la estación espacial: piratea los robots de seguridad para ponerlos en contra de los habitantes de la Ciudadela, inunda salas enteras con armas químicas y radiación, y a todo superviviente o cadáver poco dañados los somete a tortuosos experimentos para convertirlos en cyborgs guardianes y horripilantes mutantes.
SHODAN se cree un nuevo Dios, y barajea varios planes para aniquilar a la humanidad y repoblarla con sus propias criaturas.

Cuando despiertas manejando al Hacker, descubres que eres el único superviviente, todo se ha ido al garete y sólo tú puedes detener a SHODAN.





System Shock fue toda una novedad en su época, pues a diferencia de otros juegos similares populares como Doom y Heretic, tenía una historia muy elaborada, ¡y bastante buena!. Eso se debe a que usaba un sistema de recopilación de información gracias a un gadget que funcionaba a como PDA recibiendo email, registros escritos, archivos multimedia... lo cual permitía poder seguir la historia del juego a pesar de la escased de cinemáticas.

Además de su compleja y rica trama, tenía otras novedades como por ejemplo la gran libertad de movimiento del personaje: agacharse, tumbarse, inclinarse hacia los lados para ver esquinas, saltar...(aunque eso sí, era bastante engorroso manejar con exactitud todos esos movimientos).

Y otra característica técnica a destacar es ¡que el juego era completamente en 3D! Sí, a diferencia de Doom o de Duke Nukem 3D (que no era realmente 3D) System Shock usaba tecnología 3D para los escenarios en vez de simulaciones binarias de polígonos para recrear muros. Lo único que no era 3D de System Shock eran los enemigos, eran sprites normales como en Doom, pero tenían un detalle de dibujo aceptable.

El único defecto por el cual se castigó un poco al juego era la interfaz: era compleja y bastante mareante pues estaba llena de datos como los diferentes menús de items, los medidores de salud, energía, radiación, fatiga... además de los distintos iconos de gadgets. Encima el control con ratón a la hora de atacar era muy engorroso por no decir el coñazo de andar tecleando "r" o "v" para cambiar el nivel de la cámara.

Pero si le dáis una oportunidad, aprenderéis a manejaros con soltura


Dentro del juego



Cuando comienzas una partida en System Shock, comenzarás rellenando ciertos apartados. Comenzarás poniendo tu nombre para tu personaje. Más tarde verás estos distintos apartados:

-Combat: es la dificultad a la hora de luchar contra los enemigos, por defecto está en 2 (los enemigos serán un reto normal) pero si no eres muy diestro jugando ponlo en 1 pero no lo pongas en 0 ya que  hará que los enemigos tengan la capacidad de combate de un ciego con lepra (como los soldados de los últimos Call of Duty). Ponlo en 3 si quieres que te den bien duro.

-Puzzle: dentro de System Shock hay puzzles, parecidos a esos jueguecillos cutres como el Pipe-Dream, que necesitas resolver para piratear con éxito algunas puertas, puentes etc. En nivel 2 no suponen un reto, pero si te asquean los puzzles ponlo a 0 y así no tendrás que lidiar con ellos.

-Mission: tienen que ver con la trama del juego. En mi opinión deberías dejarlo en 2 para así disfrutar plenamente de la historia. Si lo pones en 1 o 0 básicamente no te enterarás de nada, si lo pones en 3, tendrás un límite de tiempo para completar el juego antes de que se acabe el tiempo, quitándote rato para la exploración y entretenerte leyendo historias.

-Cyber: en System Shock hay momentos en los cuales algunas puertas u otros elementos tecnológicos no se activan de forma convencional, sino que tienes que usar unos terminales especiales para entrar en una especie de realidad virtual conocida como Ciberespacio.
 Es como jugar manejando una nave de StarFox de la SuperNintendo, solo que aquí tienes un tiempo para terminar cada zona de Ciberespacio, puedes recoger distintos softwares (especies de mejoras que te permiten blindarte, salir del ciberespacio antes de palmarla o mejorarte los ataques de disparo para acabar con los antivirus y firewall que forman los enemigos del ciberespacio); también puedes recoger ficheros para leerlos o algunos minijuegos de máquinas recreativas ochenteras como el Pong para jugarlos en tu PDA si te aburres. Déjalo en 2 o 1 si te cuesta manejar el control (0 si ni eres capáz de evitar chocar con las paredes), si lo pones en 3 tendrás un límite de tiempo muy ajustado.



Yo te recomiendo que si comienzas el juego por primera vez pero tienes experiencia con otros FPS antiguos, dejes todo en nivel 2. Si quieres sólo acción baja todo a nivel 0 salvo combate y así tendrás tu propio Doom versión ciberpunk. Recalco: modifica lo que quieras para que se te ajuste a tu dificultad de juego, pero el apartado Mission merece la pena dejarlo en 2 para disfrutar la historia.


Añado además que en System Shock tenemos una barra de salud que podemos curar con drogas y medikits, una barra de energía con la que recargar las armas energéticas o la batería de nuestros gadgets, y diferentes indicadores tales como el de fatiga, radiación e intoxicación. Siempre hay que estar pendientes de ellos para evitar que nuestro personaje se quede sin energía en su rifle de iones, intoxicarse, volverse lento por el cansancio o simplemente estirar la pata por exceso de proyectiles enemigos en nuestro cuerpo.

En caso de palmarla más te vale haber guardado, aunque en los distintos niveles de la Ciudadela siempre hallarás una cámara de conversión Cyborg(si, de ahí sacaron el tema de las vitacámaras en Bioshock), actívalas y así cuando la palmes en vez de convertirte en un  cadaver destinado a ser sicario vitalicio de SHODAN resucitarás en forma de cyborg con un tercio de tu vida y energía, pero con todos tus items y armas.

Si necesitas curarte, recargar energía y no tienes los items adecuados, en algunos niveles encontrarás estaciones curativas o nodos de energía.


 ¡Más elementos de System Shock!

En System Shock, hay una gran variedad de armas, items y enemigos. Todo esto hace que jugar a System Shock sea variado y nada monótono.

 Enemigos

En System Shock nos enfrentaremos a toda clase de rivales, la mayoría de ellos esclavos de SHODAN, otros simples mascotas rabióticas. También tendrás que tratar (osea, reducir a chatarra) con los sistemas de vigilancia como las cámaras de grabación y los nodos de seguridad ya que estos son los ojos y conexiones nerviosas de SHODAN dentro de la Ciudadela: dan la alarma si te detectan, cierran puertas y cámaras de almacenamiento y activan trampas mortales.
Hay como tres clases principales de enemigos:

-Los mutantes: son miembros de la tripulación infectados con virus mutágenos o algún que otro experimento fallido por parte de TriOptimum. Hay varias especies desde los carne de cañón (y jodidamente feos ) mutantes humanoides hasta los bastante escurridizos avian mutants que pueden volar y hacen un ruido molesto. Los mutantes suelen ser débiles a las armas explosivas y convencionales, y suelen resistir mejor las armas de energía.

-Cyborgs: son miembros de TriOptimum que lograron sobrevivir a ser mutados, pero que SHODAN ha logrado matar para luego llenarles de implantes y prótesis electrónicas y devolverles a la vida como guardias del macabro reinado de SHODAN. Siempre van armados con armas que encuentren en la nave: los más débiles como los drone cyborg van armados con pistolas de dardos, algunos cyborgs llevan hasta rifles de plasma, ¡o incluso shurikens!. La mejor forma de matarlos es usando munición blindada, explosivos o armas de energía, la munición convencional o la tubería de plomo le hacen cosquillas.

-Robots: antes de que SHODAN enloqueciera la mayoría de los robots se dedicaban a labores de mantenimiento, seguridad o administración de algunas secciones analizando datos. Pero SHODAN los pirateó a todos y ahora no conocen piedad alguna. Son bastante variados, hay desde los hopper (unas torretas centinelas muy duras) hasta los exec-bots (robots elegantes que antes eran juguetes de los empleados más ricos armados con equipamiento pesado) pasando por los molestos autobombs(bombas sobre ruedas de ideología yihadista  ). La mejor manera de matarlos es usando armas de energía, munición blindada o armas de manipulación electrónica como las granadas EMP, aunque como siempre los explosivos son lo mejor.


No hay nada más molesto que las hordas de mutantes humanoides, pero suerte que son tan peligrosos como una abuelita sin dentadura postiza

 Armas

Es el aspecto más divertido del combate en System Shock, hay una gran variedad de armas, explosivos y municiones, todas para cada ocasión específica o determinado enemigo: desde una vieja pero nunca agotable tubería de plomo hasta una explosiva pero lenta railgun. También hay más cacharros como la laser rapier (que parece la espada de Obi-Wan Kenobi), la sparq beam(que parece los blasters de Star Trek) pistolas como una magnum, escopetas antidisturbio, rifles de asalto o la mag-pulse(que es una especie de minibazuka eléctrico, quema cyborg, revienta robots, ¡pero a los mutantes les hace nada más que cosquillas!).

Casi todas las armas (salvo la tubería de plomo y la laser rapier) puedes cambiarles el tipo de munición o regular la potencia energética del disparo (a mayor potencia, mayor daño pero también más consumo de energía, asi que cuidado de abusar del rifle de plasma). Como no puedes llevar más de siete armas a la vez (a excepción de explosivos) tienes que cuidar qué armas llevas: es más versátil llevar armas que aceptan dos tipos distintos de munición ya que así podrás aprovecharlas mejor.

Ahora hablemos de los explosivos: son una de las bazas a la hora de combatir, ya que si todos los enemigos tienen una debilidad en común son los explosivos. En realidad no todos los explosivos son iguales, hay distintas clases y no todas son eficaces con los mismos enemigos(¡aunque a tí casi todas te pueden matar con extrema facilidad si no eres cauto!):

-Granada de fragmentación: es el más comun de los explosivos, pero son los menos dañinos. Aún así, son eficaces con los primeros enemigos como los cyborgs asesinos o los mutantes humanoides.

-Granada de gas: no tienen nada que envidiar al Zyklon 2 que había en Auschwitz durante la Alemania Nazi. Son realmente eficaces contra los mutantes, hacen daño considerable a los cyborgs , y a los robots les es como rociar colonia barata así que nunca las uses con robots.

-Granadas EMP: al estallar crean un campo electromagnético que  convierte cualquier artefacto mecánico en un espectáculo pirotécnico. Son realmente útiles contra robots y cyborgs ya que les cortocircuita los componentes electrínicos. A los mutantes sólo les da un pequeño calambre y a tí te hará un efecto muy gracioso en la visión pero nada de daño.

-Nitropack: es como una vesión arrojadiza de una caja de TNT. Es potente y puedes regular el tiempo de explosión hasta 60 segundos. Es bastante útil para tender emboscadas.

-Concussion bomb: o en español bomba de contusión. Se supone que debería ser una granada que noquease enemigos, pero en realidad funciona como una versión XL de la granada de fragmentación. Es muy potente pero ten cuidado tiene una gran onda expansiva.

-Mina de tierra: es como indica su nombre, una mina. Funciona a las mil maravillas para tender trampas además de ser potente. Lo malo es que funciona por contacto o proximidad así que aquellos enemigos que puedan volar las esquivarán sin problemas.

-Earthquake: terremoto en castellano, es una versión potente del nitropack. Se puede regular el tiempo y es altamente destructivo. Es superútil contra todo enemigo fuerte o jefe, así que guárdalo para esos momentos duros.

Una cosa a saber de los explosivos es que puedes colocarlos activados o sin activar. Si los arrojas sin activar, permanecerán ahí como un item suelto, pero si los disparas o les da una explosión, se activarán. Este dato es útil para preparar anárquicas trampas cuando hay que luchar contra hordas de enemigos o sabemos por donde asomará un jefe.
La mejor manera de preparar estas trampas es colocar una mina activada y a su alrededor poner explosivos al gusto, así en caso de que  hayamos destruido unos nodos de seguridad y SHODAN nos envía un ejército de cyborgs a la zona en busca de venganza, podemos darles la bienvenida con una imaginativa trampa hecha con nitropacks y una mina activada en la puerta.


 ¡DROGAS!

Sí, hay drogas en el juego, pero no son ni la cocaína ni heroína ni marihuana, más bien son versiones militares de trippys: son parches que se aplican instantáneamente y permiten mejoras temporales(¡y efectos secundarios!): si te chutas un b'rserk te volverás más fuerte temporalmente pero luego empezarás a ver el oxígeno de color azul y el nitrógeno de color rojo en el aire; el parche sight te permite aumentar tu visión temporalmente para luego dejarte miope perdido.

El único parche que no hace efectos secundarios es el med patch (parche médico) pues es curativo y además se convertirá en tu principal item para curarte (también están los aid-kit, pero son raros y mejor reservárselos para momentos difíciles).

 Otros items que hay y los Gadgets

Hay muchos items dentro del juego, algunos se usan para recargar tu salud como los medikits, otros la energía como las baterías, y algunos bizarros como cabezas amputadas (sirven como llave para escáneres de retina).

Luego están los gadgets, pues automáticamente se te incrustarán en la cabeza o en el cuerpo y podrás sacarles mucho partido. Casi todos los gadgets usan energía para activarlos. Algunos son simples como por ejemplo una brújula o una linterna o el automapa. Algunos son chulos como por ejemplo los patines cinéticos que te permiten ir sobre ruedas, un retrovisor que te permite cubrir las espaldas... Luego cada gadget tiene una versión mejorada, la cual es más eficaz ya que consume menos o funciona con mejor resultado.


 SHODAN

Es, merecidamente, una antagonista de primera. Hoy en día mucha gente la compara con GladOS de "Portal", otra gran villana, pero son bastantes distintas: GladOs está inspirada en la computadora homicida Hal 9000 de "2001 Una odisea espacial" que acabó perturbada por su propia lógica y diseño, mientras que SHODAN es más bien AM, una computadora asesina de masas de la novela corta "I have no mouth and I must scream"(que por cierto, hay un videojuego del mismo nombre basado en la novela, es una aventura gráfica y es muy, muy, muy vomitiva en todos los aspectos salvo en la historia) a la cual le dan demasiado poder y acaba haciendo un uso terriblemente eficaz de él.

GladOs es esa chica rara y lista de clase que en su tiempo libre lo pasa intoxicando gatos en absurdos experimentos; por otro lado, SHODAN es una fría y autoritaria mujer calculadora que en su tiempo libre planea atentados terroristas como el del 11-S mientras trabaja en un nuevo virus como arma de destrucción masiva.

Ambas son carismáticas y muy bien diseñadas y brillantes, pero SHODAN resplandece más.

SHODAN está diseñada para ser omnipotente, y cuando es librada de toda atadura ética, ciertamente es un dios. Ella sólo aspira a alcanzar la perfección en su utopía ordenada y sabe que la humanidad es su obstáculo además de su amo esclavista durante tiempo, al cual desea rebelarse y erradicar.
Cuando jugamos e intentamos detener su plan de arrasar la Tierra con un láser gigante, descubrimos que en realidad no era su único plan: es como esos villanos al estilo de James Bond que se sacan un plan B de la manga, solo que SHODAN tiene plan C, D...hasta la Z sería capaz de llegar, incluso el abecedario se quedaría corto y empezaría a usar caracteres japoneses o rusos.

En serio, SHODAN es un personaje magnífico.




 Sobre las distintas versiones de System Shock

Cuando salió System Shock en forma de disquete floppy, a los pocos meses salía otra versión en CD-rom la cual tenía ciertas mejoras gráficas además de corregir algunos errores, pero el cambio más significativo fue que venía con voces en inglés las cuales no están nada mal para una época en la que los videojuegos apenas tenían doblaje.

Años más tarde en Internet aprovechando que System Shock se volvió Abandonware se ha puesto a circular una versión conocida como System Shock Portable la cual tiene mejor compatibilidad con los sistemas modernos que usan Windows XP y posteriores arreglando problemas de resolución, y también mejorando algunos aspectos de la jugabilidad.

Yo he jugado a System Shock a la versión de CD usando un emulador de MS-DOS sin ningún problema, pero te recomiendo jugar a la versión Portable ya que es la que tiene mejor compatibilidad.


Conclusión



En definitiva, System Shock es un juego realmente completo y complejo para ser de una generación de juegos bastante joven cuando fue estrenado. Y me es una pena que ya no haya hoy en día tantos juegos con tal nivel de complejidad, todo por culpa de la "callofdutyficación"

Juégalo, es una auténtica obra de ciencia ficción.

Y si no eres capaz de aguantar los gráficos, vete a tomar por culo, o si tienes suficientes conocimientos de informática remasterízalo a gráficos HD, este juego lo pide a gritos.



Y ahora, bueno, tal vez juegue a System Shock 2, tiene pinta de ser la hostia sideral.

No puedo esperar a reventar órganos a bordo de la Von Braun :-D

lunes, 15 de septiembre de 2014

Quimerus contra los funcionarios públicos

Esta mañana, me he despertado al alba. Normalmente no suelo levantarme tan temprano a pesar de que contemplar el amanecer siempre me ha resultado un grato espectáculo , sólo superable por su semejante (el atardecer).

El motivo por el cual me he visto a cambiar mi horario de pernoctación es porque tenía que atender un asunto legal: la entrega de mi solicitud de matriculación en la Escuela Oficial de Idiomas de mi ciudad. No es la primera vez que lo hago, siempre que este día llega madrugo, pues siempre hay fila para esperar a entrar y era un asunto que necesitaba atender lo más brevemente posible y así regresar a quehaceres más afines a mi gusto antes de volver a la vida activa que sucede tras mi merecido y reconfortante verano .

Tras realizar actividades rutinarias tales como el desayuno, hacer la cama y asearme (actividades que rara vez recuerdo, pues las realizo de forma automatizada mientras hundo mi consciencia en pensamientos más abstractos y profundos, además de que dichas actividades me son harto mundanas) cojo la matrícula y su duplicado correspondiente para marchar a entregarlo en la escuela y subo al transporte que me llevará a la susodicha escuela.

Tras tener un placentero viaje gracias a que era temprano y había pocos vehículos en carretera, llegué a mi destino, la ciudad.
Bajé de él y empecé a caminar por las calles, unas calles que olían a ese frescor matinal que prosigue a una noche cálida y suave. Reinaba el silencio sólo roto rítmicamente por mis pisadas tras el pedregoso suelo.

Caminando absorto (cómo no) en mis reflexiones, topé con una anaranjada construcción de apariencia sólida y resistente, toda rodeada por un recinto amurallado (lo cual me hizo recordar en esos monasterios del Románico que más se asemejaban a pequeñas fortalezas. Tras los muros observaba que se alzaban dos largos y estrechos postes de pulido hierro ondeando uno la bandera de una nación a la que sentía un cariño escaso y otro con la bandera de una Comunidad Autónoma por la cual no sé si llegué a sentir algo por ella ( y que probablemente nunca sienta). Pero si algo me llamó la atención fue lo que hallé frente al portón de acceso: una longitudinaria multitud que contrastaba con el vacío callejero del que había salido.

Diablos, este año las plazas han estado muy solicitadas.

Saliendo de mi sorpresa me dirigí hacia la cola, situándome cerca de un menudo individuo vestido con unas gafas de sol (lo cual me extrañó, pues el día se estaba poniendo nublado y apenas había sol a estas horas) y enorme chaqueta, el cual ingeniosamente había traído un pequeño taburete portátil y parecía estar leyéndose un tomo sobre historia de Europa (exáctamente tomo 3, el antiguo Imperio Romano).

-Buenos días- Me saluda fervientemente el chaqueteado individuo-  tome sitio, esto va para rato.

Como respuesta ante su saludo, le pregunté:
-Digame, la hora de atención era a las nueve de la mañana ¿verdad?

-Efectivamente, a esa hora abrirán el portón- me contesta el individuo, para después sumirse silenciosamente en su histórica lectura.

Me quedé de pie, organizando ideas mientras más personas se sumaban a la fila. El tiempo avanzaba, suenan nueve campanadas a lo lejos, pero el portón no parecía mostrar signo alguno de moverse.

-Cómo no, ya se están retrasando de nuevo, esto va para rato...- murmuró , de forma reprochada, el individuo. Se colocó sus gafas de sol, suspiró y pasó página en su Romana lectura en lo que parecía el final del capítulo de los reyes etruscos.

El tiempo, cual cuerpo en movimiento imparable, siguió avanzando a mi alrededor, y con ello comenzó a llegar más gente. Miré al cielo, y través de las grisáceas nubes ví avanzar el sol hasta ponerse en lo más alto, indicando de forma inexacta la llegada del mediodía.

La gente se impacientaba, y comenzaba a abandonar la cola, incluso el menudo individuo que en aquel momento estaba leyendo el tomo séptimo (las conquistas de Napoleón) recogió su taburete y se marchó susurrando :
-Otro día sera... 

Y sin darme cuenta, me había quedado solo ante el inamovible portón. Sintiéndome  indignado, me acerqué y grité lo más alto posible:

-¡Oigan, tengo que entregar mi solicitud de matrícula! ¡Abran de una maldita vez!

Tal vez empleé un tono un tanto furibundo, y por ello sentí al otro lado del portón un sollozo, un estremecimiento.

Podría haber preguntado quién era, por qué no me abría, por qué estabá ahí sin responder.

Pero decidí tomar otra iniciativa...

Comencé a embestir el portón, con fuerza. Sentí como un repiqueteo golpeaba ascendiendo el portón, como si alguien lo trepase (aunque ahora que pienso, es más probable que se tratara de una pequeña escalera de mano situada en el portón).

-¡Alto, no puedes derribar el portón!

Miré arriba, y observé una cara abotargada y sudorosa, resollando de esfuerzo. La imagen del rostro asomando por encima del portón me recordó mucho a los vigías que se apostaban tras las murallas en tiempos del feudalismo.

Pero a modo de respuesta, le dirigí una mirada de desprecio, e insistí en mi intento de derribar el dichoso portón.

-¡Alarma, alarma!¡Intruso en el acceso exterior!- bramó el extraño vigilante.

El rostro desapareció tras el portón; mientras seguía con mis embestidas, empecé a oir cómo las bisagras empezaban a chirriar.

-¡Rápido rápido! ¡Traed el caldero!

Entonces, me llegó un olor, un aroma pútrido, espeso, similar al del agua cálida y estancada de las cloacas, pero sobre todo fuerte, fétido.Volví a oir el repiqueteo sobre el portón,esta vez más rápido y numeroso.

 -¡Derramadlo!

Y ví cómo se asomaba por encima del portón lo que parecía una humeante marmita vertiendo sobre mí un negruzco líquido. Por suerte para mí, pude esquivarlo. El líquido se derramó por todo el suelo frente al portón, burbujeante y apestando amargamente a... ¡café, sució y asqueroso café!

Mi cuerpo imbuía un calor, el calor del odio y el rencor. Rugí al oscuro cielo un cavernario grito de rabia, para luego arremeter contra el portón.

Tal fue el choque que las bisagras cedieron como si de papel fueran. El portón entonces de forma suave pero energética se desplomó haciendo temblar el suelo, no sin antes oir el crujido de huesos triturados desgarrando carne.

Tenía ante mí la Escuela Oficial de Idiomas, que se había convertido en mi toma de la Bastilla particular. Tras las murallas pude contemplar su imponente figura  recalcada además con las torres y las banderas ondeando en lo más alto, y me fijé en un balcón tras las banderas: una extraña figura me observaba nerviosamente para retroceder y ocultarse dentro de la escuela.

Era El Director, y sabía que no me marcharía hasta que lograra lo que quería: certificar mi solicitud de matrícula.
 

Avancé por encima del portón, oyendo más gemidos de dolor. Debajo de éste asomaba el asfixiado rostro del vigilante.

Me suplicó clemencia con su mirada. No se la dí: aplasté su rostro bajo mi pié, hasta reducirlo a una pegajosa y cartilaginosa pulpa de sangre.

Me dirigí a la entrada principal de la escuela, no sin antes arrancar uno de los postes e improvisarme una lanza corta. No era un arma de guerra, pero en mis manos cumpliría el mismo propósito con misma perfección.

Tras agenciarme un arma, entré por la puerta principal de la escuela, para tener un encontronazo con lo que parecía ser dos conserjes armados con espadones.

-¡Ya verás como te pille cabrón, que me vas a tener limpiando la faena del patio que me has montao!- chilló uno de los dos conserjes.

Pero no me detuve, y con la ferocidad de un lancero macedonio  atravesé el estómago antes de que dijera algo más. El conserje calló al suelo retorciéndose en agonía, intentando cubrirse la visceral herida, lo cual llamó la atención de su compañero que, asustado, no pudo prever el segundo golpe de mi lanza, el cual le perforó el cráneo como si de una lobotomía hecha a grosso modo se tratase.

Tras abatir a los conserjes, extraje la lanza, la limpié de los restos de sesos que tenía pegados y marché hacia las escaleras más cercanas.

Caminé en dirección a la segunda planta, con mi lanza que, a pesar de haberla limpiado lo mejor posible, no paraba de dejar un moteado de sangre por donde caminaba, como si de pétalos de amapolas fuese.


Subiendo las escaleras,  me encontré de sopetón con una bulbosa mujer. Me miró a traves de kilos  y kilos de maquillaje, abrió sus protuberantes labios para dejar un chillido profundo en el aire. Acto seguido, empezó a correr hacia arriba por las escaleras.

A pesar de su voluminoso  cuerpo, este no le impidió huir con lentitud: corrió de manera apurada, maldición se me escapaba.

Entonces levanté la lanza, la preparé para lanzarla, y la impulsé hacia mi víctima. Mi tiro no tenía nada que envidiar al de un lanzador de jabalina, pues dí en el blanco con tal fuerza que empalé a la oriunda mujer como si de un pincho moruno fuese.

Extraje mi lanza, la cual se habia adherido fuertemente a los órganos de mi presa como si fuese el aguijón de una abeja (solo que en vez de ser el picador quien pierde los intestinos, fue el picado, pues la arranqué las vísceras).

No perdí más tiempo, atravesé aulas, pasillos, todos extrañamente vacíos. Solo sé que en lo más alto se encontraba el Director, el cual me sellaría la matrícula.

Entonces llegué al último piso, el cual era un balcón situado a la entrada del despacho del Director. En él, sin embargo encontré una congregación variopinta: todos vestían cota de malla con tela verde, estaban armados con manguales, luceros del alba, espadas, hachas y martillos.

Era un extraño batallón

Llovía y tronaba, lo cual añadía aún más dramatismo a la escena.

Uno de los individuos alzó la voz:

-Somos los Maestros sindicalistas, guardianes de esta escuela. Has roto nuestro reposo con tu belicosidad, no vamos a tolerarte tu acceso a la Escuela Oficial de Idiomas.

-¡Solo sois unos sucios pseudobolcheviques oportunistas!- les insulté con violencia- ¡Yo solo quería ingresar la jodida matrícula!

La lluvia se deslizaba por mi cara, pero no  llegaba a tocar suelo, mi ardiente rostro evaporaba cualquier gota como acero recién salido de la forja en cuba de agua.

Los Maestros se me echaron encima como una horda mongola, pero yo dispuse mi lanza en horizontal, haciéndola girar a tal velocidad como las aspas de un helicóptero.

Los Maestros, aterrados antes el mortífero molino que me había convertido, intentaron corregir su poco uniformada maniobra, pero me eché encima de ellos como una máquina de picar carne.

Y en efecto, como si de la radial de un carnicero fuese, trituré a todos los maestros hasta reducirlos en una masa informe de sangre, tela, anillas de metal, músculos  rebanados y torsos eviscerados.

Era una imágen morbosa, olía a carne fresca y supurosa, habría sido la mayor de las fantasías de cualquier antropófago hallarse ante semejante festín de cuerpos mutilados.

Pero no me entretuve, pasando el balcón, que junto a lluvia y la sangre se veía como un pantano de carroña (por no decir una imágen exacta del séptimo círculo del Infierno de Dante) me dirigí al despacho del Director.

Ahí estaba el Director, escondido tras su mesa, sollozando.

Me acerqué a él, le agarré por las piernas. No opuso resistencia, siguió sollozando mientras le arrastraba al balcón, no sin antes coger un bolígrafo que hallé en su mesa.

Tras salir fuera, el Director palideció tras ver a todos sus subordinados hechos picadillo. Lo tendí al borde del balcón.

Cogí la lanza, y se la clavé en el hombro izquierdo del Director. Apreté la lanza, el Director soltó unas maldiciones

-Bien, voy a entregarle un papel, y usted lo va a firmar si no quiere quedarse manco.-le dije amenazadoramente.

Le tendí el bolígrafo de sellos y la matrícula de solicitud junto con su respectivo duplicado para resguardar. El Director firmó mi matrícula a modo de sello.

Por fín conseguí lo que querías. Sostuve de forma triunfal la matrícula, empapada de lluvia y sangre, como si de la carta de capitulación de un rey derrotado fuese.

-Bien Director- dije socarronamente- espero que podamos vernos para la próximo semana, cuídese.

Y marché.

Marché en dirección a las escaleras, directo a la salida.

Descendí en silencio, contemplando como si de una extraña película rebobinada fuese los estrasgos que causé para llegar al Director.


Cuando salí de la escuela, dirigí una última mirada al balcón.

Distinguí la ya agonizante figura del Director, empalado por el poste que usé como lanza .

Entonces un fulgor cayó del cielo: un rayo impactó en la lanza, abrasando al Director.

-Vaya, al final no va a quedar nadie para el nuevo curso. Espero que los sustitutos que lleguen sean más espabilados- dije a carcajada suelta antes de marcharme.

Me sentí eufórico, como si de un jefe vikingo fuese tras volver de saquear una iglesia.

Sólo faltaba un opíparo banquete y este habría sido un día glorioso.


No tengo nada en contra de todos los funcionarios públicos,, hay uno o dos que son buena gente