lunes, 8 de agosto de 2016

Slaves to Armok: God of Blood Chapter II: Dwarf Fortress



Hummm, Dwarf Fortress..."Fortaleza enana"...Huuuuuuuummmmmmm...

Por si no tienes ni puta de qué es Dwarf Fortress, es un videojuego gratuito. Un videojuego de estrategia. Y rol. Y micromanagement. Y aventuras. Y rol (hay mucho la verdad). Y fantasía medieval. Y con enanos. Y con físicas muy realistas. Y mundos generados proceduralmente. Y toneladas de violencia. Y gráficos tan viejunos como los de los ordenadores de 8 bits. Más que gráficos, caracteres, letras de colorines. Y se juega sin ratón. Y es jodido. Tremendamente jodido.

Tremendamente adictivo.

Slaves to Armok: God of Blood Chapter II: Dwarf Fortress como se le conoce por su nombre completo es posiblemente lo mejor que he jugado en mi vida. Qué coño, es lo mejor que he podido instalar en mi ordenador, mejor incluso que el Windows Media Player. Es lo mejor que ha habido en internet junto al porno gratis.

Me encontré con Dwarf Fortress hará un lustro. Era un joven onanista que andaba quemando el novedoso Dark Souls varias veces ya que había fracasado una vez más en intentar lo que se dedicaban los chavales de mi edad: meter mano (y algo más) al prójimo durante una calurosa noche de verano. No tengo memoria exacta de cómo me encontré con Dwarf Fortress, sólo recuerdo que el día anterior estaba matando un espectro rojo y al día siguiente estaba jugando al modo Fortaleza, fabricando camas para una panda de borrachos barbudos.

Al principio me puse protección: usé un pack de gráficos para que se pareciera más a Pokémon Esmeralda

A pesar de que mis primeras partidas terminaban en muerte absurda, no sentí frustración. Me sentía como Nerón al mirar desde su balcón las llamas comerse los suburbios de la Roma imperial. Una panda de goblins entraba y pasaba por la piedra a todos mis enanos, una inundación a causa de torpezas arquitectónicas, una bestia olvidada que se aloja sin pedir permiso en mi comedor (incluyendo a los anfitriones como cena)... como el lema popular del juego: "Losing is Fun", perder es divertido.

Dwarf Fortress es como esa famosa pieza de la protoinformática que es el juego de la vida pero elevado al infinito y con personalidad. Resulta gracioso designar órdenes a tus enanos (mejor dicho, directrices que tus enanos obedecerán, o no) y verlos laboriosos intentando hacer un tunel en medio de una montaña donde se alojarán para beber licor de champiñones o comer gatitos.

Por supuesto no me detuve en simplemente buscar refugio a mis enanos. Los enanos en un principio son poco remilgados pero a medida que se acostumbran a vivir en fortalezas se vuelven más excéntricos y vanidosos. Hay que asegurarse de que tienen una fuente constante de comida y alcohol(los enanos comen hasta cadáveres de ratas, pero jamás les verás beber agua salvo si caen enfermos), proporcionarles habitaciones propias, camas, lujosos comedores, mascotas, un ejército que les resguarde de asedios e invasiones zombi, talleres donde trabajar, pozos...

Luego tenemos otra variante de juego, esa es el modo Aventura, que es ni más ni menos un Roguelike de los de antaño...salvo porque comienzas en un mundo random, sin meta definida salvo llenar la panza de tu aventurero con comida o no acabar convertido en alimento de algún troll. Lo mejor es que podemos interactuar con el entorno de formas muy complejas, podemos irnos al bosque a cazar titanes, charlar con los alocados NPCs que habitan el mundo o simplemente colarnos en el mercado de algún pueblo y robarles la comida. O mi favorito: ir a un pueblo a chupotear la sangre a sus habitantes y de paso jugar a la petanca con sus miembros amputados.

Las cavernas: esa fila de "t"s marrones son trogloditas con ganas de juerga. Debajo, esa arroba rosada es mi aventurera, una mujer araña vampiro-nigromante-espadachina que va a jugar a la extinción paleolítica

Obviamente el modo aventura es algo seco comparado con el modo Fortaleza, pero lo jugoso de jugar con un aventurero es que podemos explorar fortalezas que hayamos construido y abandonado, o fundar una propia y continuar la partida manejando enanos.

Oh sí, hay más cosas: hay un modo enciclopedia que nos permite estudiar los mundos que generamos al jugar (se puede ver desde los pasos de nuestros enanos y aventureros hasta las batallas que se han sucedido entre reinos), se puede construir computadoras mecánicas, castillos, matar reyes (para luego resucitarlos con nigromancia como esclavos), capturar dragones para luego domesticarlos, comerciar, llenar nuestra fortaleza de trampas tan hilarantes como un foso con un géiser de lava, montar catapultas y usar elfos como munición...Pero llenaría libros si tuviera que contar todo lo que hay. A decir verdad, ya hay gente que lo hace.

En fin, soy un enorme fan de Dwarf Fortress. Por supuesto que soy consciente de sus carencias: falta de un control más apurado e intuitivo, un diseño gráfico que permita discernir mejor lo que se ve en pantalla, corregir los bugs, la enorme brecha que supone usar de forma extensa el inglés (idioma no dominado por todo el mundo)...Pero eso no ha evitado que lo recomiende con fervor, ostias si he llegado al punto de copiar el juego en CDs y repartirlos a la gente por la calle animando a que lo juegue.

Casi se me olvida, sobre el juego "fuera del juego". El motivo por el cual sale este artículo hoy, a 8 de agosto de 2016 es porque hace diez años exactos Dwarf Fortress salió a la luz. Bay12Games es el estudio creador, formado los hermanos Tarn y Zach Adams que se tiraron años intentando hacer este juego, y a fecha de hoy lo siguen haciendo: Dwarf Fortress está en fase Alfa de su desarrollo, apenas llevan más del 40% de juego hecho.

Estos tíos son enormes (literalmente)

Si te atreves a jugar a Dwarf Fortress, puedes descargártelo por aquí:

http://www.bay12games.com/dwarves/

El juego es completamente gratis, sus creadores viven de donaciones por correo, Paypal, cheques y Patreon. Además, si donas y les facilitas una dirección postal te enviarán historias y dibujitos sobre el mundo de Dwarf Fortress como muestra de agradecimiento. Además cuenta con una buena comunidad de modders que se dedican a hacer más accesible el poder jugarlo y con una Wiki bastante completilla.


Si el juego ya tiene diez años y es la polla, imagina cuando tenga 20 años, será la hecatombe.

En serio, juégalo, cada partida que tengas será irrepetible.



¡JUEGA A DWARF FORTRESS CAPULLO!